Mediante
un decreto el 21 de abril de 1944, las mujeres francesas consiguen el
derecho al voto, solo 70 años atrás en la larga historia de la
humanidad.
En
estos días varias dirigentes europeas y premios Nobel de la Paz han
firmado un documento "Plataforma por una Europa de los derechos
de las mujeres" en el que piden al nuevo gobierno europeo que
salga de las urnas un compromiso real para avanzar en los derechos de
la mujer.
La
UE debe aumentar sus esfuerzos para conseguir la plena igualdad entre
hombres y mujeres y rechazar de forma categórica los ataques a
algunos derechos ya conseguidos que suponen un retroceso de años en
las libertades de las mujeres.
El
primer derecho al voto de la mujer de la historia (sufragio femenino)
se autorizó "por accidente" en Nueva Jersey (EE UU) en
1776, pero no era una ley que permitía a las mujeres votar, sino a
las "personas", por lo que, en cuanto se dieron cuenta del
'error' abolieron dicha ley en 1807. Hoy por hoy, restan aún países
con el voto femenino negado o condicionado. Como Arabia Saudita,
donde a finales de septiembre de 2011 el rey Abdalá bin Abdelaziz
declaró que las mujeres pudieran votar y postularse para un cargo a
partir de 2015. En Líbano se requiere la prueba de educación básica
para las mujeres, aunque no para los varones. La votación es
obligatoria para hombres y opcional para mujeres. En los Emiratos
Árabes Unidos el sufragio está limitado, tanto para hombres como
para mujeres, pero se amplió gradualmente en las elecciones de 2011.
Y en el Vaticano sólo pueden votar los cardenales, o sea, hombres.
Como
curiosidad, añadir que uno de los países que se considera como más
avanzado en las libertades y la democracia como es suiza no permitió
el voto a las mujeres hasta 1971. Incluso hay escritos en los que
dicen que, cuando se discutía si se debía dejar votar a las
mujeres, hubo algún que otro político de la época que expuso los
siguientes argumentos para que no se concediera el sufragio femenino:
"¿Conceder el derecho de voto a las mujeres? ¡Qué idea más
ridícula! El cerebro de la mujer es más pequeño que el de los
hombres, lo que demuestra que las mujeres son menos inteligentes. Son
propensas a actitudes extremistas y se asocian a campañas sin
consultar antes a sus maridos. Además, eso no fomentaría la
igualdad de derechos porque su natural modestia les impide ir a votar
cuando están embarazadas y, como las mujeres del campo suelen tener
más hijos, tendrían una desventaja injusta con respecto a las
mujeres que viven en las ciudades. Y si las mujeres son elegidas al
parlamento, ¡qué deshonra supondría esto para sus maridos!. Estos
estarían obligados a cocinar en casa…
Fuentes:
Historia del derecho al voto de la mujer.
Llamamiento por los derechos de las mujeres en Europa.
El día en que las mujeres fueron a votar